Las farolas de Yunquera de Henares
La farola de La Casilla
Por Pedro Taracena Gil
Los niños de Yunquera de Henares que vivimos en el
pueblo durante los años cincuenta, estuvimos muy familiarizados con las dos
únicas farolas ubicadas en las dos principales plazas. La Casilla y La Plaza.
Más tarde, la segunda cambió de nombre, pero éste no fue asumido por la costumbre
de sus habitantes. La farola de La Casilla fue testigo de juegos de niñas y
niños: La dola, la comba, el truque, el marro, el marro tramposo y los
ladrones. También contempló el ir y venir de las mujeres de Yunquera a la
fuente que había en esta plaza. Con el cántaro de agua colocado en la cadera,
arropado con un paño afelpado que servía para ablandar su apoyo, para no
mojarse al abrazar la panza de la vasija.
Una de las farolas secuestrada en un corral particular
Siempre el baile, en verano, se
celebró en torno de la farola. Ésta, quizás, escuchó las confidencias de los
chicos que dudaban sobre qué chica, sacaban a bailar. La farola de La Casilla,
iluminó noches de fiesta y se ciñó en su cintura, infinidad de farolillos y
cadenetas de mil colores. Mientras, la farola de La Plaza, fue la cronista
privilegiada de todas las tardes de novilladas celebradas en ella. Ambas
farolas, según contaban los mayores del lugar, habían sido donadas por los
dramaturgos, Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández, que venían a Yunquera a
leer sus obras y también se decía que en algunas de ellas, se inspiraron en el
costumbrismo de Yunquera. El desarrollismo dislocado habido en España a partir
de los años sesenta, también, se llevó por delante las dos farolas y nos dejó a
cambio edificios sin respetar el contexto arquitectónico con una antiestética
irreparable. Estas bellas farolas de hierro fundido, tomaban parte del
patrimonio histórico del pueblo. Pero en vez de ser restauradas, las
reemplazaron por unas nuevas, más modernas, más funcionales, pero con menos
arraigo en sus enclaves.
¿Dónde colocaron las dos vetustas farolas? Una de
ellas, la presentada en la ilustración, está ahí. En el centro de un
patio-corral privado. La indiscreción de un objetivo fotográfico, descubrió su
ubicación actual desde el campanario de la torre de la iglesia parroquial de
San Pedro Apóstol. La farola se encuentra en disposición de ser restaurada y
rescatada para el pueblo. La respuesta la tiene, quien decidió que esa farola,
pasara de una plaza pública, tan emblemática como La Casilla, a un corral
privado. Pero, ¿Dónde está la otra farola? Con respuestas a preguntas como
esta, el pueblo, recobrará el protagonismo en las decisiones a tomar, sobre su
patrimonio, que es parte de su historia.
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